Crónicas de un teórico en Paranal (3/3)

Inicio del camino Star track
rumbo a los telescopios
¡Por fin llegó el gran día! Después de dos noches de aclimatación nuestras mentes y nuestros cuerpos estaban listos para velar y afrontar los desafíos nocturnos. Arrancamos la jornada con gran entusiasmo y un poco de nerviosismo ya que las previsiones meteorológicas no eran del todo buenas para las próximas horas. Resulta difícil imaginar que pueda llover en un lugar tan perfectamente árido... A pesar de gozar de un micro-clima particularmente favorable para las observaciones astronómicas, uno siempre depende de los caprichos de Madre Naturaleza. De hecho, si no me creen, encontrarán pruebas tangibles de que hay precipitaciones y hasta importantes nevadas en Paranal!

En la crónica anterior les conté los detalles de la fase de preparación de las observaciones: propuesta, OBs, pipelines, etc. Ya que teníamos todo listo para la observación de nuestros discos en interacción, ese día pudimos disfrutar de las fabulosas infraestructuras a disposición del personal del observatorio: pileta, gimnasio con todos los chiches, mesa de ping-pong, etc. Uno podría tranquilamente ir de vacaciones y no aburrirse allá arriba :-)

¡Hay vida en Marte! :-)
Al ser un día tan especial, decidí subir caminando a la sala de control en la cima del cerro de Paranal. Existe un caminito llamado "Star track" (ver foto acá arriba) cuyo inicio se encuentra a la salida de la residencia. Los telescopios parecen estar bastante cerca, sin embargo hace falta por lo menos una hora (contando pausas fotográficas). A los pocos minutos de caminata, la sensación de estar en otro planeta se vuelve muy fuerte. A mí por ejemplo me parecía estar en las faldas del monte Sharp de Marte... Sin embargo, la presencia de una planta y el cielo azul rápidamente me recordaron que seguía en la Tierra :-) Es realmente maravilloso ver cómo el mundo animal y vegetal logra adaptarse a condiciones tan inhóspitas. Siempre he pensado que la vida no es una característica propia de la Tierra y que sin lugar a dudas existe en otros sistemas de nuestra galaxia. Ese encuentro inesperado con esa plantita solitaria me llevó a pensar que en un futuro cercano los humanos probablemente logremos llevar la vida a otros planetas. Ojalá nosotros también logremos establecernos en esos lugares remotos,  no obstante (seamos honestos) nada nos asegura que seamos capaces de adaptarnos y soportar los viajes espaciales... Nos gusta pensar que nuestra especie es particularmente importante y que será eterna, sin embargo quizás seamos simplemente una forma de vida cuya misión sea esparcir otras formas de vida por el Sistema Solar (y más allá?) y luego desaparecer. Es una visión un poco pesimista ciertamente, pero tiene el mérito de mostrar que la vida probablemente logre sobrevivir a la estupidez humana. En todo caso, como nos recuerda el amigo Carl Sagan, la astronomía resulta ser un profundo ejercicio de humildad existencial. ¡Muy recomendable!

Espiral en medio del desierto
Mi compañero Seba Pérez había sido más precavido y ya se encontraba en la sala de control cuando llegué. Enseguida noté la preocupación en su rostro. "Los niveles de humedad del aire son alarmantes..." me dijo. "Houston we have a problem!", pensé yo. Optamos por ser optimistas y le hicimos la hinchada al viento para que alejara la perturbación. Una atmósfera seca y sin corrientes ventosas es garantía de una buena observación astronómica ya que la luz proveniente de las estrellas se ve poco alterada al cruzar las diferentes capas. Anteriormente les comenté que los telescopios están equipados de sistemas ópticos deformables que pueden corregir estas aberraciones pero, a pesar de ser muy potentes, no son perfectos. Nuestro astrónomo encargado, o sea el especialista que está capacitado para manejar el telescopio, nos dijo que si los niveles de humedad se mantenían por encima de 50% no podríamos hacer nada... Fue tanta nuestra yeta que, independientemente de dónde soplara el viento, la humedad siguió subiendo. Fue un golpe duro ver las horas pasar y no poder apuntar a nuestros sistemas que anhelaban ser observados.,,

Preparando las simulaciones hidrodinámicas
y discutiendo observaciones
Pero ante mal tiempo buena cara. Otra lección de la vida sospecho yo. Quizás haya sido un complot de los observadores al enterarse de que había un teórico infiltrado... Para aprovechar la efervescencia del momento, hicimos algunos cálculos sobre la evolución dinámica de nuestros sistemas binarios. De ese modo pudimos preparar las simulaciones numéricas que nos permitirán entender los procesos físicos que ocurren durante este tipo de encuentros estelares. Lo lindo de mi trabajo es que no depende de las condiciones meteorológicas, sino de un poco de rigor matemático y coherencia física.

Alrededor de las 5 y media de la mañana nos tuvimos que dar por vencidos cuando los niveles de humedad superaron los 70% y tuvieron que cerrar las cúpulas: ¡hecho extremadamente raro! Este vez no pudo ser... pero haremos todo lo posible por volver. Será con la misma energía y ojalá con mejores condiciones atmosféricas :-) Gracias por haber leído estos humildes relatos.

¡Saludos teóricos!

Vista desde el otro flanco de la montaña.
Se pueden ver 3 telescopios en la cima.

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